1) La coordinación del evento pretendió imponer como solución a la crisis financiera internacional la implementación de una tasa a las transacciones financieras, comúnmente llamada Tasa Tobin (en honor a su inspirador), tal como ha sido promocionado y acordado por Francia y Alemania, cuando lo correcto a mi entender es eliminar las transacciones del mundo desde y hacia los paraísos fiscales. Hoy un tercio de la riqueza producida anualmente en el planeta se halla depositada en los paraísos fiscales, bastaría bloquear los fondos para permitir el cobro de los impuestos evadidos por las transnacionales. Claro para ello, hay que tener el poder y antes de eso, vocación de poder.
2) No fue presentado como un problema financiero internacional el fenómeno conocido como fuga de capitales, que es el producto de una o varias actividades delictivas (trata de personas/drogas/armas/contrabando, etc.), que luego mediante el lavado de dinero se reciclan. Toda fuga de capitales infiere una evasión impositiva, que ha asolado principalmente a los continentes americanos y africanos. Es en definitiva un delito económico de magnitudes superiores a la producción de riqueza de decenas de países. Se han negado a tratar este fenómeno dentro de los problemas fiscales y financieros a resolver mundialmente. Una cosa son los discursos y otra muy distinta tratar la efectiva estructura de poder de las transnacionales.
3) Se propuso reemplazar al dólar como unidad monetaria de intercambio comercial internacional por una canasta de monedas. Pero el canje de una moneda por una canasta de monedas, no afecta al sistema internacional mientras los bancos tengan la potestad de emitir moneda. Hemos propuesta la creación de una canasta de monedas basada en el trabajo, en la valoración de las labores esenciales para el mantenimiento sustentable del planeta.
4) Se ha propuesto la conformación de auditorías soberanas, negocio montado por un grupo que “asesora” a los países, mientras esas auditorías no tengan fuerza de ley y puedan impugnar y declarar la nulidad de las deudas de origen ilícito e ilegítimo, todo se reduce a un juego que no afecta al poder internacional del dinero, porque no impugna desde sus raíces el sistema de deuda perpetua que esclaviza a nuestros pueblos.
5) Solicitan la adhesión al proyecto de constituir una tasa diferencial a los combustibles que sean utilizados en el transporte de los alimentos y demás comodities, con la argucia de producir la relocalización de la producción de alimentos y financiar el autoabastecimiento. Intervengo diciendo que en nombre de los países productores de alimentos, antes de tratar el tema solicitamos una prueba de “buena voluntad”: que se eliminen los subsidios agrícolas europeos y las trabas arancelarias y para arancelarias. Entonces sí estaríamos dispuestos a sentarnos a discutir siempre que en el mismo ámbito se discuta el sistema de propiedad intelectual, las patentes y la propiedad efectiva de los medios de producción y comercialización de los alimentos.
6) Anuncian como un paso importante, la globalización del aprovechamiento de la naturaleza, con elementos tales como el agua, no responden ante el cuestionamiento de penalizar a quienes han depredado el medio ambiente y ahora quieren distribuir “equitativamente los recursos”. Los que han aniquilado los ríos, los lagos y sus reservas de agua en nombre del desarrollo capitalista, ahora pretenden comunizar el agua que queda. ¿Habrá que darles las gracias por robarnos el agua sin matarnos antes, y sólo después por la sed?
7) Se pretendió utilizar el argumento de un comercio más justo, para intercambiar los bienes de la naturaleza, por las monedas creadas desde el poder internacional del dinero. Cuando una de las participantes, en nombre de las comunidades originarias, les señaló que ellos no necesitan monedas para regular su economía, fue atacada por 4 franceses y un inglés (¿será esa la proporción adecuada por el imperio? 4 franceses equivalen a un inglés y los demás no contamos para nada).El argumento utilizado es que el aislamiento no es posible y que se debe compartir todo (especialmente lo nuestro). Se les contesta: “no le pedimos nada, no nos den nada, nos contentamos conque dejen de sacarnos”.
8) Otro ejemplo de la globalización merece más de una visión: una compañera aymará en el medio de la discusión me acerca una pastilla de menta comercializada por una transnacional. Luego hablará de la Madre Tierra y nos dará a todos una clase de amor, sintetizada en la siguiente idea: primero alimentemos sanamente a la Tierra si queremos que ella luego nos alimente sanamente.
9) Otro compañero aporta: “Si se sigue la misma forma de producción; si se sigue la misma forma de consumo,, todo se reduce a solicitar una redistribución de la riqueza”. Sólo estaremos ante otra forma de asistencialismo y no habrá cambios en la estructura de poder y en los paradigmas económicos, todo se reduciría a pedir al poder mundial que sean más buenos y que repartan las migajas de mejor y más educada forma. Eso no es justicia. Y no habrá justicia mientras manden los monopolios.
10) La coordinación insiste en promover la economía verde como modelo de producción como solución a la crisis capitalista. Esta misma mañana, la misma coordinadora fue unánimente rebatida, por toda una asamblea, que denunció que el sistema de economía verde, pretende una alianza de capitales extranjeros, las empresas transgénicas, los bancos, las élites poseedoras de las tierras de los países productores y sectores de los gobiernos. La economía verde produce la concentración económica, promueve el hambre y la destrucción de la biodiversidad.
Cuando todos los puntos propuestos por la coordinadora fueron rebatidos, esta levanto la jornada explicando que se llevaba los comentarios pero que por una cuestión de “síntesis” presentaría su propuesta original y que todos los aportes serían comentados después.
Esto muestra el grado de compromiso y veracidad por parte de los organizadores del Foro Social Mundial y de aquellas organizaciones que la financian, o casualidad que representan al poder internacional.
Saquen Uds. sus propias conclusiones.
Dr. Néstor Forero
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